Thursday, September 14, 2006

ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

















Por: Jazmín A. Cartagena

“Dale señor el descanso eterno…
… y que brille para él la luz perpetua”

“Que descanse en paz…
…Amén”

Allí en un pueblito al suroeste de Antioquia entre valles y montañas hermosas, se escuchan varias campanadas que anuncian agónicamente la pérdida de un ser humano que no logró escapar de las trampas de la muerte, ¡que nos asusta! ¡nos persigue! y al fin ¡nos alcanza!.

“Hay sí querida don Emilio como estaba de aferrado a la vida”
“No, es que quién iba a creer que se iba a morir ¡como se veía de aliviado el viejito!”
“Oigan pero a la familia como que no se les dio nada”

Comenta la gente a las afueras de la iglesia, mientras el cura se dispone a realizar el ritual acostumbrado para el sepelio.
De nuevo (mientras varios hombres van saliendo con el ataúd al hombro) se repite constantemente ese corito: “Dale señor el descanso eterno…”

Entre rezos y cantos católicos ya acostumbrados en los pueblos, los hombres del ataúd caminan lentamente y resisten el peso de ese cuerpo que un día tuvo ilusiones y que siempre temió estar solo, pero que ya empezaba a resignarse a la soledad que trae consigo la misma muerte.
En forma de procesión muy parecida a la que se realiza en semana santa (¡¡no!! ¡!No!! parecida no, igual) mientras los hombres siguen cargando el cadáver y mostrándolo a todos los curiosos que se asoman por ventanas, balcones y azoteas, detrás los acompaña una multitud: conocidos, amigos y hasta enemigos
del difunto hacen parte de la caminata que los lleva lentamente al cementerio ¡sí! A ese lugar frío y depresivo al que no se está acostumbrado a ir.


¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme! Que me traigan más gente, este es un embarazo complicado, va a nacer de 8 meses”
grita el médico del hospital general de Medellín.
“Doctor ayúdeme, mi bebé tiene que nacer” dice la paciente…

El médico preocupado, pero con intención de transmitir calma, trata de tranquilizar a la paciente que se hallaba en estado crítico.
“todo va a estar bien (mientras unas gotas de sudor excesivo se escurren por su frente, y su rostro colorado demuestran su preocupación)”.

Al fin logran estabilizar a esta mujer que no alcanza a tener los 26 años de edad.
A través de su piel blanca deja al descubierto todo su temor físico y toda su fuerza espiritual.


Gritos, enfermeras corriendo, aparatos extraños por doquier, sudor, lágrimas, ¡sangre! ¡Sangre! Sangre exagerada en la pancita de esta mujer era el aviso contundente de que había dado vida a un nuevo ser:

“¡sí! la tenemos
¡Es una niña!
¡Es una niña!
SOY YO

Mamá apenas puede sonreír

El médico decía que era una chiquitina preciosa, aunque yo no lo entendía mucho, pues minutos después me dio unas nalgadas que hicieron estallar mi llanto por primera vez (dice mamá que soy mimadita).
En mi mano derecha pusieron una cinta con el nombre de mamá y mi fecha de nacimiento: 10 de Junio de 1986.

Si las cuentas no me fallan (porque tiendo a ser despistada) creo que tengo 20 años, vividos de forma muy extraña, es que desde la escuela decían que era diferente ¡nunca entendí si eso era bueno o no!
Nunca me gustó jugar con niñas de mi edad, pues cuando ellas se deslumbraban con las barbies, yo no lo veía tan atractivo (además nunca me dieron una original), en cambio me parecía más honroso relacionarme con niñas grandes a las que por cierto no les caía muy bien, entonces desde siempre he preferido estar sola o por lo menos acostumbrada a no contar con mucha gente.
Desde que tengo memoria, siempre he sabido que la desconfianza es una de mis mayores cualidades ¡sí! Lo veo como una fortaleza de la que es necesario apropiarse mientras se aprende a vivir, siempre lo he sabido, pero lo debo aprender mejor.
Cuando nací, mamá se sintió feliz (por lo menos eso es lo que me cuentan) y mi hermanito se sintió el hombrecito más afortunado, pues así siempre lo demostró:

“¡Tan creidita la nena nunca se relaciona con nadie, no pues ni que fuera la más linda de la escuela!”
“Déjenla quieta o si tienen tantas pelotas ¿por qué no se meten conmigo?”
“¿qué pasó? ¿Juan por qué estás así de reventado? Te pusiste a pelear en la calle? Pregunta mamá”.

¡Sí! Efectivamente, esa tarde se dio de golpes con los niños de mi escuela. Antes no entendía el significado de eso, ahora lo sé: Quien más me ha amado es él.

Actualmente vivo con mamá, pues mi hermano ha empezado una nueva vida (por cierto nada agradable) ¡se casó! Claro que es una posición muy respetable para todos aquellos que ven en el matrimonio una forma de vida única. Por otro lado, papá vive con su esposa (no lo acepto, tampoco me opongo, sólo que ese debió ser el lugar de mi mamá), aunque no tengo la posibilidad de tenerlo sólo para mí en mi casa, él siempre se encuentra atento a todas mis necesidades. Nunca he querido parecerme a nadie, pues soy demasiado auténtica, (soy un poco modesta), pero la inteligencia y audacia de mi papá siempre me han deslumbrado: “En la vida uno no puede dormirse, hay que estar atento a las oportunidades, es que no triunfa el más fuerte sino el más inteligente”.
Por eso no tengo ídolos ni aficiones a otras personas (aunque algunas sean muy respetables) LO TENGO A ÉL, LO ADMIRO A ÉL, a pesar de la distancia LO AMO A ÉL, aunque he de confesar que tiene un defectito: es hincha de nacional ¡no sé cómo soporto su mal gusto!
Y ya que estoy hablando de fútbol, pues qué linda ocasión esta para hablar del MEDALLO ¡mi equipo del alma! ¡Sí! ¡Sí! Lo sé muy bien, a las mujeres no les gusta el fútbol, les falta capacidad mental para entenderlo, pero ¡no! A mi me gusta ese juego ingrato en el que casi siempre participan los hombres, además a diferencia de muchas chicas ¡lo entiendo muy bien!
Mi pasión por el azul y el rojo (DIM) nació de forma extraña, pues en la escuela a todos los niños les gustaba ese equipo verde por el que nunca me sentí atraída (siempre el destino me ha enseñado a amar lo que casi nadie ama), desde niña sabía que nacional tenía más títulos, pero no me interesaba pues mis ojos disfrutaban más del placer de ver ese azul y ese rojo que me parecía más bonito que todo lo demás. Pero no era fácil ser hincha de este equipo (nunca lo ha sido), pues me molestaban y hacían chistes de mal gusto que a veces me obligaban a pelear. ¡Estoy enferma¡ ¡estoy enferma! El poderoso es mi pasión y es una las cosas más grandes que tengo en mi vida.
¡Ah! Pero el amor por un equipo no surge de la nada, eso nace con uno y mi caso no es la excepción, el 10 de junio del 86 empezaba el mundial en México, donde participaron los mejores equipos del mundo, entonces debo deducir que de ahí viene la pasión, por cierto muy paradójica y extraña, un montón de hombres corriendo tras un balón ¡vaya! Pero sí que desata los mejores sentimientos que un ser humano puede llegar a percibir.

¿10 de Junio del 86? ¡ja! Pero qué puede haber pasado ese día, pensarán algunos, pero sucedió un acontecimiento hermoso, sublime e indescriptible
¡Nací yo! Un ser humano de apariencia desinteresada, pero que en su corazón esconde una nobleza extraña y fascinante la cual no se deja descubrir con facilidad. En los diarios de ese día, publicaron lo mismo de siempre:

“niña muere apuñalada por su padre”
“Locos escapan del hospital mental y matan a anciana”
“si tiene impotencia sexual utilice penixmax” bla bla bla y así un montón de acontecimientos muy parecidos a los de ahora, yo diría que iguales.

¡ah! Pero también nació kokoriko (creo que en el mismo hospital mío) hecho que no me alegra porque odio el pollo me pregunto si dicha empresa morirá el mismo día que yo. Ojalá que así sea, pues estaríamos librando a las próximas generaciones de comer ese horrible alimento constituido por manteca, huesos y cuero desagradable que se desprende poco a poco hasta quedar como un chicle de grasa (sé que fue desagradable la descripción).

… Mientras en la sala de maternidad mamá me sostenía en sus brazos y besaba mi frente con alegría total, en la televisión, empezaban a anunciar la visita del viejito ese de gorro que siempre vestía de blanco ¡umh! ¡Umh! ¡Sí, sí del papa Juan Pablo II! A mi mami le pasa desapercibido ¡nunca ha sido seguidora de creencias religiosas! Pero se pregunta: “¿por qué tanto alboroto? ¿Es que ese señor quién se cree? que porque sale en estampitas entonces ya es un ídolo, es que en Colombia si estamos locos”…
Por otro lado recibe una terrible noticia:
“María su papá murió hoy en la mañana y hoy mismo lo estamos enterrando, pues el estado del cuerpo no resiste más días sin darle sepultura”
avisa una chismosa del pueblo que sabe lo de mi nacimiento.
Este señor que acaba de morir es mi abuelo, mi querido y tierno abuelo (dicen que era querido y tierno, bueno, bueno aunque no me consta y que su más grande anhelo era conocerme). Mamá apenas puede reaccionar, sabe que es la muerte de su padre, pero está consciente de que en sus manos también tiene otro pedacito de eso que es la vida: “Alegría y tristeza”.
Es necesario que mueran unos para que nazcamos otros por eso he de decir que extraña y fascinantemente aparecí ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE.

… “dale señor el descanso eterno” siguen con el mismo corito (creo que el cura no sabía más) y allí en un hueco húmedo, que sólo alberga a un par de mosquitos revoloteando, empiezan a descargar esa caja morada y negra la cual contiene ese cuerpo frío y tenebroso del cual ya es dueña la misteriosa muerte, esa realidad absoluta de la que cuesta reponernos, que deja muchos vacíos, soledad y por la que todo, poco a poco empieza a convertirse en recuerdo.

JAXDIM
















“UN PARQUE DE TERTULIAS”

Por: Jazmín Cartagena

“¡No hermano qué escasez de trabajo!”
“¡Sí parce hay que vender estos chiclecitos haber si me hago el día!”
“¡Vea viejo, ese clásico lo va a ganar el DIM!”
“¡No guevón! Esas reformas de Uribe no me gustan”

Todas estas son las frases más comunes que se escuchan en un sitio particular del centro de la ciudad de Medellín ¡sí! en el famoso y viejo parque Berrío. Ese en el que la gorda nunca se ha cansado de estar ¡sí! siempre presente en las citas de los enamorados, en la angustia de aquella chica que el novio deja esperando, presente en la venta constante de los vendedores ambulantes, y ya resignada a estar desnuda, presta su cuerpo para que los más tranquilos y hasta los más cansados se recuesten y diario fiel testiga de todos los acontecimientos urbanos.
Pero no sólo la gorda del parque Berrío logra que este sea un sitio especial, pues debajo de la estación están ellos: los vendedores, los habitantes de la calle, los desempleados y muchos otros que no cabe mencionar, siempre atentos ante cualquier novedad. Toda una comunidad reunida que no tiene otro sitio a donde dirigirse. Para unos este es su segundo hogar para otros el único.
Unos hablan del desempleo de la ciudad, otros de la política del país, hay quienes se preocupan más por hacer tertulias deportivas ¡sí! que Medellín, que Nacional y hasta Envigado son la excusa para ocupar ese tiempo que les transcurre lentamente.

“Lotería, lotería, jugá la lotería, el que no la juega no la gana, tengo unos números muy bonitos, no lo piense dos veces, lotería, lotería”
gritan otros que tratan de obtener unos pesos para adquirir un tinto o un simple cigarrillo que aunque no es mucho los hace sentir felices.
Basta sentarse sólo un segundo a los alrededores para darse cuenta que todas estas personas con miles de historias por contar, no son sólo una comunidad, son más que simples amigos, son una inmensa familia que comparten conflictos muy comunes y particulares.

“Embolo, embolo todo tipo de zapatos. A la orden señor, vea que tiene esos pisos muy sucios. Hágale patrón que yo se los dejo como nuevos” anuncia agónicamente otro individuo que pretende llevar la comida a sus hijos.
Y es que se nota a leguas que la vida no es muy fácil por ahí, pues todos buscan a como de lugar “los centavitos” para comprar algo.

“¡Qué vieja tan boba, si viste pues como le quitamos el celular y ni cuenta se dio!”
Celebra un grupito de jóvenes vestidos extrañamente y que ven en la delincuencia común, la forma más atractiva de conseguir dinero.

En un rincón de las escaleras del metro, siempre está él: un anciano de unos 66 años de edad, de apariencia fría, casi moribunda, nariz larga y ojos saltones.
Sentado y con su sombrero reposando en su rodilla y su bastón en el piso, este hombre mastica y mastica sin parar (en verdad nunca está comiendo nada) y de forma pausada y quejumbrosa le cuenta a otro lo dura que es su mujer, que ya no lo quiere y que lo manda diariamente para el parque (aunque a veces él se oponga) y mientras habla, hace una fuerza rara y hasta increíble para no llorar:
“Uno se va volviendo viejo y ya estorba, por eso es que Tulia ya no me quiere, ni me lleva al médico, sólo espero ansiosamente a que me llegue el día” repite constantemente el anciano bastante conocido por los alrededores del parque.
Como esas hay muchas historias por contar: la del señor que vende los mangos, la del lotero de la zona, la de los jóvenes delincuentes, la de la ancianita que vende mazamorra, la de un artesano, la del niño que vende minutos a celular, la historia de los desempleados, de los viejos todas son anécdotas muy jocosas y humanas que convierten día a tras día al parque Berrío en un sitio muy particular en el que es necesario internarse para descubrir a un montón de habitantes que tienen siempre algo nuevo que contar.

Y entre política y discusiones contra la pobreza y el desempleo, toda esta familia del parque Berrío seguirá unida y presente para hablar de fútbol, de problemas sociales e intentando vender algo, sea un chicle o un tinto, hechos que seguirán vigentes en el centro de la cuidad para conservar la tradición de un pueblo antioqueño vivida desde el famoso parque Berrío.

“Señores y señoras me da mucha pena pedir su colaboración, pero es que tengo estas limitaciones físicas, alguien me puede ayudar”.

“Yo soy un calidoso para el fútbol, me voy a hacer treinta y una y ustedes me colaboran con lo que puedan”.

Y así entre historias y cuentos, la gorda seguirá siendo la más querida por todos y sin lugar a dudas seguirá dando albergue a todos aquellos que a diario se disponen a esperar y esperar y por supuesto que continuará presente y firme ante todos los acontecimientos de este sector paisa, que encierra hechos desconocidos para casi todos los habitantes de la ciudad.

“Si ve hermano, yo le dije que ganaba El Medallo”
“Nunca voy a volver a votar por nadie, la política es pura mierda
y nosotros seguimos igual”.

Friday, July 21, 2006

LLORALO VERDE



AQUEL 27 DE JUNIO

Era una tarde hermosa, llena de luz y expectativa y en el Atanasio brillaba el sol de forma intensa pero fascinante.
Empezaba la aglomeración de hinchas, tanto de Nacional como del DIM, la ansiedad se apoderaba de los fanáticos, principalmente de los de INDEPENDIENTE MEDELLÍN, que se encontraban más cerca de la posibilidad de obtener el título más glorioso de la época del club, y si no se trataba del más glorioso por lo menos si era el que más significaría para los hinchas poderosos.
El rojo no se jugaba un simple partido, se jugaba la vida, pues ésta era la posibilidad más clara y contundente para saldar deudas pendientes de clásicos pasados, seguramente con un título como éste se devolvería la fe a los hinchas, pues no hubo nada más satisfactorio, placentero y excitante que dedicar el triunfo a los nacionalistas.
La graderías empezaron a llenarse de manera exagerada, por supuesto, más de hinchas verdes que rojos y se inicia el bullicio vibrante ya acostumbrado, pero en esta ocasión los pregones de la sur y la norte se escucharon con más fuerza, pues en ésta ocasión sí que habían motivos para animar, cualquiera de los dos que obtuviera el triunfo lo celebraría como ningún otro, porque la ilusión de todo hincha y jugador es la de ganarle al rival de plaza.
Salen los equipos, por un lado: “Poderoso, hoy te he venido a ver, ponga huevo hoy no podés perder, te llevamos dentro del corazón...” y por otra parte: “Vamos, vamos mi veerde que ésta tarde tenemos que ganar...”, en fin los cánticos fueron infinitos, pero lo cierto era que en la cancha transcurrían los minutos y el juego no brindaba demasiadas emociones, pues Medellín se limitaba a conservar el marcador que le había favorecido el jueves 24 de junio de la misma semana y nacional se animaba a buscar el partido, pero el orden táctico y defensivo del Poderoso era indestructible esto finalmente terminó confundiendo al verde hasta que se desordenó completamente.
No hubo muchas gambetas, ni taquitos, ni palomitas ni chilenas, el espectáculo visual, fue poco, pero lo cierto fue que en AQUEL 27 DE JUNIO hubo un campeón por adelantado, es decir, que había ganado el primer juego de la final en donde sí hubo “fútbol del bueno”.
A Nacional se le agotaba el tiempo y de forma desesperada intentó vencer el arco que defendía el gran David, pero los intentos fueron fallidos. Las tribunas estaban conmocionadas, el tiempo jugó con todos. Los del verde necesitaban minutos adicionales para intentar meter el gol que los llevara a igualar la serie Y los rojos también fueron esclavos del tiempo e hicieron toda la fuerza para que las manecillas del reloj giraran a su favor, para celebrar, bailar y para por fin gritar: SOY PODEROSO
SOY CAMPEÓN
La espera fue tortuosa, pero el cielo sacó unas de sus mejores prendas y empezó a vestirse de azul y rojo. De forma casi agónica, el árbitro dio el pitazo final que sonó como una dulce canción que decía fuertemente: AQUÍ ESTÁ EL DIM, EL PODEROSO.
En las tribunas comieron, hablaron y se abrazaron aquellos extraños que se hicieron amigos justo antes o durante el partido, pues cómo no celebrar con el vecino si el corazón los une para compartir un mismo sentimiento.
La celebración de acuerdo a las edades, fue un acontecimiento bastante particular: Los jóvenes gritaron y cantaron con toda la energía que el cuerpo les permitía expresar, los más pequeños sonrieron con alegría intensa que dejaron ver en sus ojos y aunque en realidad desconocían la importancia del título, agitaron con toda la fuerza de su corazón las hermosas banderas rojas, y los más adultos, sí, los más viejos, esos hinchas bohemios, seguidores desde la infancia de la historia sufrida y romántica del DIM, dejaron ver sus lágrimas, que se escurrían lentamente de sus ojos y hacían evidente la melancolía de sus almas, quizás sus mentes hicieron un retroceso en el tiempo, en donde los pocos títulos no fueron menos sufridos que éste, pero en realidad el sentimiento era más de placer que de sufrimiento y en medio del bullicio y la celebración poderosa así lo demostraron.
Y de nuevo un corito simpático y tal vez grotesco hacia los hinchas verdes: “El rojo ya salió campeón, el rojo, ya salió campeón, se lo dedicamos al verde...”, éstos respondieron despejando poco a poco las tribunas, pues no tenían intención alguna de ser espectadores del festejo indigente..
“Soy del rojo soy del rojo soy yo” se cantaba constantemente mientras los que hicieron realidad un sueño, daban la vuelta olímpica con una copa hermosa, que aunque no tenía algo que la diferenciara del as demás, era la más linda y la que se recordaría por un buen tiempo.
Las voces afónicas de los pocos hinchas del rojo, se escucharon en toda Antioquia. Los jugadores orgullosamente lucieron la camiseta con una cuarta estrella más grande que las demás.
AQUEL 27 DE JUNIO, fue frenético e inolvidable, no hubo un día en el que llevar puesto ese pedacito de tela azul y rojo fuera tan placentero.
Cayó la noche y la oscuridad que paradójicamente estaba roja, se unió a la fiesta, pues cobijó a aquellos fanáticos que celebraron en las esquinas, en las calles, en las casas y en otros lugares de la ciudad de Medellín y parecía que las estrellas tampoco querían perderse de la celebración, fueron cómplices de los hinchas, cuando suave y especialmente susurraron: Grita el pueblo clamoroso y en muchos rincones de la ciudad, desde los más burgueses hasta los más marginados (sobre todo éstos últimos) respondieron:
VIVA EL DIM, EL PODEROSO

!PASIÓN PODEROSA!












PASIÓN
PODEROSA
“Olé olé olé TE QUIERO ROJO
TE QUIERO ROJO olé olé olé”...

Y es así como se empiezan a experimentar un montón de sensaciones físicas e internas que todos los domingos nos dejan al borde de la locura, jugadas y resultados nos dan placer y sufrimiento, sentimientos fervorosos que no todos tienen el privilegio de percibir.
Muchos consideran que el fútbol no es más que un sucio negocio que agl
omera gran cantidad de masa, otros piensan que es estúpido el hecho de correr largos tiempos tras una bola llena de aire, quizás esa gente tenga la razón, pero casi todos coincidimos o estamos de acuerdo en que el fútbol es la pasión más placentera que existe, un sentimiento extraño, pero que raramente no deja de parecernos fascinante o por lo menos ese es el concepto general que los hinchas del DIM tenemos del “deporte más hermoso del mundo”.
Los domingos desde por la mañana, el pensamiento está preparado psicológicamente para experimentar todo tipo de emociones vivificantes que ponen el corazón a latir más fuerte de lo normal y nos deja la ilusión latente de poder ser campeones una vez más.
Muy temprano en la mañana nos bañamos con una alegría distinta a la de los demás días y ¿cómo no tener motivos para sentir
felicidad? Si domingo tras domino se la juega el poderoso con el único objetivo de poner al hincha a festejar.

desbordada, una amor sin límiteCae el agua sobre la piel, en cada gota, desde la más grande y hasta en la más pequeña, vemos el reflejo de una linda chilena, de un majestuoso túnel y vamos ilusionándonos poco a poco con la posibilidad más cercana de gritar gooooooool, palabra hermosa y de grato significado que sella la meta, el objetivo de eso que es el fútbol.
Con orgullo y amor nos ponemos esa camisa roja, que aunque pobre en estrellas, es la más linda prenda que alguien puede lucir, nos dirigimos alegremente y expectantes hacia el estadio, o a donde los amigos, pues por fin empieza el acontecimiento más sublime del que toda la semana estuvimos especulando y anhelando con el corazón y los pensamientos llenos de grata ilusión.

Salen los once leones poderosos (eso lo leí en alguna parte y lo escribo aquí para hacer homenaje a quien inteligentemente puso ese seudónimo a mi equipo poderoso) y el alma o como quiera que se llame ese espíritu interno, empieza a estremecerse fuertemente, el corazón palpita desmesuradamente debajo de la camiseta dando la ilusión óptica de que el escudo salta constantemente como un hincha más.
Con cada jugada nos divertimos, sufrimos, reímos y pues cómo negarlo: A veces también lloramos, no precisamente de felicidad y es así que día tras día el MEDELLÍN se va convirtiendo en una de las ilusiones más grandes y sutiles que uno puede tener en la vida, ese amor no todos lo pueden entender, pues este no es el equipo más popular, no tiene demasiados pergaminos, no tiene hinchas por montones, pero es una pasión
, una
fidelidad real, es como una fusión extraña entre placer y sufrimiento, esto hace que nuestro fútbol sea aún más especial, de lo contrario carecería de sentido verdadero, pues cómo demostrar el amor si nunca existiera la derrota, cómo pelear con los amigos si siempre se ganara, ¿es el club más sufrido? ¿Somos los hinchas más resignados?, uhm, tal vez sí , pero también es el equipo que brinda las emociones más fuertes. Dolor y alegría hacen de nuestro fútbol una verdadera pasión poderosa que nos ha enseñado a ser los hinchas más valientes, más gallardos, simplemente los más REXIXTENTEX.

En medio de montañas y cerros hermosos, se seguirá pregonando al equipo del pueblo “vamos vamos vamos MEDELLÍN” y así sufriendo y gozando se pasarán los días y seguiremos viviendo segundo tras segundo de cada partido y convirtiendo al ROJO DE LA MONTAÑA, en una verdadera enfermedad, una verdadera alegría, hasta la eternidad seguirá siendo nuestro mayor orgullo, pues nuestro “MILANCITO
PAISA” despierta en los corazones montañeros una real
PASIÓN PODEROSA.
P.D: Equipo no recomendado para quienes sufren problemas cardiacos. Otra campaña de la R.X.N la barra más fiel del MEDALLO.

JAXDIM

Poema

SIN NOMBRE
Ayer salí a buscarte
Por las calles de esta ciudad
Iba triste y desolada
Pero con la más firme esperanza
De hallarte allí
En aquel lugar
Donde pasábamos las horas
Sin dejarnos de mirar
Pero
¿Sabes que encontré?
Solo a ese viejo árbol
Que fue testigo
De nuestra forma de amar
Y me susurró al oído
Que vos ya no eras mío
Y que ahora
Estaba sola
Con el frío de la soledad
Te has ido para siempre
Aún no sé dónde estás
Ahora entiendo a ese árbol
YA NO ME PUEDES AMAR
Porque tu corazón y cuerpo
Dejaron de respirar
Y ahora seguro están
Cerca de un astro lunar.


BARBARIDADES


PARECIDO A FRANKEINSTEIN PERO MEJOR

Era una oscuridad tenebrosa, parecida a esas noches de misterio en las cuales nadie se atreve a salir. Sólo se escuchan sollozos, sonidos agudos, pero paradójicamente tan graves, que asustan a cualquiera e intimidan los rostros y paralizan los cuerpos.
Yo huía de esa oscuridad, subía por montañas que se negaban insistentemente a dejar poner mis pies en ellas, por las pendientes bajaban rocas inmensas, esquivé unas cuantas.
Llegué a una cueva, hallé tranquilidad por un momento, pero de nuevo se escuchan ruidos ensordecedores, sonidos tan tormentosos que ahuyentan la paz, corrí hasta donde los pies me lo permitieron, pero era inútil, estaba atrapada, huyendo sin saber por qué.
¿Qué había hecho tan malo como para perder la tranquilidad del alma?
De pronto se escucha una voz triste, pero tan fuerte que retumbó en mis oídos: “tú eres mi elegida” y lo repitió varias veces.
¿Qué era esto? ¿La elegida de qué?
Todo me resultaba confuso, era una mezcla extraña entre miedo y curiosidad.
De nuevo esa voz dijo: “si me ayudas serás libre, pero si huyes no tendrás paz”
¿Qué quieres de mí? Respondí tímidamente.
Vi como una sombra se acercaba despacio, sentí frío intenso…
La sombra me dijo: “sácame de estas montañas, de este maldito bosque donde he estado inmerso desde hace muchos años, sin contacto con la gente, aquí…
…MURIENDO SOLO.
Asombrada pregunté: ¿Por qué si me persigues a todos lados no puedes salir de aquí?
Dijo: “Hace tiempo vine a este bosque a cortar leña, en ese entonces existía un castillo gobernado por reyes, ellos me encontraron y me convirtieron en esclavo, dijeron me dejarían volver a casa, pero ¡qué va!
Me cansé y los maté con cautela, uno a uno y desde entonces este bosque no tiene salida para mí, es como si las montañas y los árboles quisieran vengarlos”.
¡Increíble! Su historia me conmovió de forma tal que al instante desapareció todo mi temor y pregunté nuevamente: ¿qué hago? Él respondió: “mi familia es sólo una hija, tú tráela y será suficiente”.
Así lo hice y en medio de la nada, desaparecieron juntos y tomados de las manos.

Suena un reloj, me volteo de un lado a otro, abro los ojos lentamente y enfrente me encuentro a mamá que repite constantemente:
LEVÁNTATE, YA ES TARDE.

Thursday, July 20, 2006

Las medias

LOS CALCETINES

El pie debe estar siempre arrastrándose por el piso, ese es el lugar que le corresponde, pues carece de toda estética existente. Es una extremidad tan baja que para muchos no tiene sentido verdadero.
Esa parte del cuerpo sin belleza, trata de ser disimulada por los famosos calcetines, los cuales se aferran con furia a ese cúmulo de piel. Los calcetines, esos pedazos de tela pequeña intentan de cualquier forma, esconder esa apariencia fría y moribunda que a pocos les gusta, sin embargo no logra que luzcan bien, pues si el pie solo no da gran impresión, con el calcetín da un efecto visual mucho más tormentoso.
Son los hombres los que se someten a la tortura de ponerse y quitarse los calcetines, esa prenda generalmente opaca que aprieta dejando marcas en la piel y la cual brinda poca salud. Ver a un hombre con sus calcetines puesto no tiene nada especial, no dan ansiedad ni prometen sorpresa, sus colores oscuros, casi funerarios sólo inspiran tristeza.
Las mujeres en cambio, con sus medias deportivas o elegantes, inspiran deseo y excitación visual, es mucho más sensual.
En el acto amoroso, los amantes tiran los calcetines, porque si bien la estructura del pie no es bella, con el calcetín empeora.
Hacer el amor con los calcetines puestos, sería simplemente horroroso.
Pero el hombre ha de resignarse, pues esos calcetines poco atractivos ya forman parte de su vida.
No hay posibilidad de tirarlos definitivamente, sólo pueden elegir los que más les gusten, sean de nylon o hilo, el hecho es que siempre debe usarlos o usarlos, no tiene otra opción.

El zapato


LA TRISTE VIDA DE UN ZAPATO

Todos me ponen en sus pies, me llevan por el piso recorriendo las sucias calles de la ciudad. Me obligan a pisar terrenos montañosos, mojados y ásperos que no me dejan sentirme bien. Patean cuanta cosa ven en el camino, me mantienen sucios y en ocasiones me hacen ver desagradable. ¿A caso no merezco más cuidado? ¿no soy yo quien cuida de sus pies? Los protejo de la suciedad y de lo que los puede lastimar.
Mi vida no es muy alegre ¡sufro tanto! ¿Quién se lo imagina? Sé que nadie puede.
Para todos tengo un uso diferente. El futbolista me obliga a patear esa bola dura que no me gusta, el campesino me mete en suelos pantanosos a los que tanto les temo y el bailarín (a ese sí que lo odio) me azota despiadada y bruscamente, ninguno se pone en los zapatos del ZAPATO.
Nadie piensa en que todo eso duele, ¡ja! Pero como evitarlo, fui creado para satisfacer esa necesidad baja del ser humano.
Muchas cosa me lastiman, pero qué más da esa es: “ESA ES LA TRISTE VIDA DE UN ZAPATO”.




¡COSAS QUE PASAN!

Es un día normal de esos donde el sol ilumina nuestros rostros y calienta las cabezas de aquellos que van por la calle.
Como siempre, allí debajo de aquel roble inmenso se encuentra un hombre de fachada extraña.
Su camisa luce ajada, el pantalón con ciertos agujeros que dejan al descubierto pedacitos de su piel y sus tenis de tela vieja le dan un toque especial. Da la impresión de ser un verdadero loco y no precisamente por estar fuera de sus facultades mentales.
Es un viejo de largos cabellos blancos, tiene la mirada perdida, pero resulta tan agradable observarle que transmite tranquilidad absoluta.
Las facciones de este hombre no son muy comunes, muchos coincidirían en que no tiene nada especial, pues sus características físicas están muy lejos de la belleza tradicional, por eso no le prestan demasiada atención.
Dicen que siempre espera la noche para tocarle una canción y sin prisa alguna observa las estrellas, esas pequenas lucecitas que lo hacen feliz.
Más allá de su ropa, de su estructura física y de su apariencia alocada, es un sabio, no ha inventado nada, tampoco es héroe, pero en él reposa LA ESENCIA DE LA SABIDURÍA, pues jamás ha perdido la capacidad de asombrarse de esos detalles efímeros que constituyen la vida.

Monday, June 12, 2006

Revelación de una verdad

¡REVELACIÓN DE UNA VERDAD!

Por: Jazmín Cartagena
“Sebas qué senos tan lindos y provocativos tiene esa mona que va allá”.
“Hermano las mujeres sí son el mejor placer que uno puede disfrutar”...
Repite constantemente don Esteban Ríos, padre de Sebastián, que empieza a sospechar de las verdaderas inclinaciones sexuales de su hijo y las mismas que intenta evitar a como de lugar.
“Es que en mis épocas no se veía tanto cacorro, es que esta juventud si que se está hundiendo en el libertinaje, dizque modernidad dirían ahora”.
“Guevón cuándo es que vas a traer a tu novia a la casa”
Eh ave maría es que yo sí tengo un hijo muy pinta cuántas culicagadas tendrás rendidas a tus pies.

Son estas las expresiones más comunes que se escuchan en la casa de Sebas, un joven de apenas 18 años de edad que vive en el barrio Florencia de la ciudad de Medellín.
Con su piel tierna y delicada y sus manos grandes y hermosas, deja muy en claro que es un adolescente que nació en cuna de oro, ese que cuando de niño lloraba, le daban grandes cantidades de dinero para adquirir dulces en la tienda, ese chico al que siempre le complacieron sus más grandes caprichos y atendieron con paciencia cada una de sus pataletas, ese al que nunca le faltó nada.

Desde la escuela hasta la llegada al colegio, Sebas siempre fue el mayor orgullo para doña Rosario y don Esteban, pues su hijo los sorprendía con las mejores calificaciones hecho por el cual lo halagaban y repetían constantemente: Qué verraquera de muchacho, no como su hermana que con apenas quince años y ya se dejó embarazar”...


La orientación sexual surge en la mayoría de las personas a comienzos de la adolescencia sin experiencia sexual previa. Aunque podemos elegir si llevar a los actos lo que sentimos, nosotros los psicólogos no consideramos que la orientación sexual sea una elección consciente que puede cambiarse voluntariamente. Afirma Juliana Herrera, Psicóloga de la Fundación Universitaria Luis amigó.

Para sus padres, Sebas siempre fue como su hijo favorito, pues era estudioso, con buenas características físicas y además no tenía malos vicios, pero no todo continuaría color de rosa, pues doña Rosario y don Esteban no conocían aún la esencia verdadera de lo que era Sebas, pues nunca se preocuparon demasiado por conocer lo que el chico tierno escondía en lo más profundo de su corazón.

Muchos homosexuales, ya de niños comprenden que sus enamoramientos e intereses se orientan hacia personas de su mismo sexo. Sin embargo, hay otros que recién más tarde en la vida comprenden el significado de éstos sentimientos. Opina Paola Quintero, Psicóloga de La Universidad San Buenaventura


Llegadas tardes, alcohol en exceso, llamadas extrañas, amistades desconocidas, iban desatando poco a poco una inesperada tragedia en la casa de los Ríos

“Después de la graduación del colegio, yo empecé a notar a mi muchacho muy raro, pensativo y en sus ojos vi lo que nunca, había misterio y prevención, sabía que estaba sucediendo algo, más no quise darme cuenta por sí sola, entonces esperé, pues de pronto era mi imaginación la que especulaba cosas y dejé así”. Afirma doña Rosario, mientras sus ojos se encharcan lentamente.

Dos de la mañana, frío intenso y ambiente casi funerario, suena el teléfono con su timbre aturdidor y desagradable, empieza a avisar insistentemente como burlándose del mensaje del que sería testigo: Doña Rosario, está en su cama, se mueve con desespero de un lado a otro, aún no se levanta, cree que es un sueño, gime incómodamente, de un momento a otro abre sus ojos rápidamente, el teléfono no para de entonar su horrible melodía, doña Rosario ya se encuentra de pie, levanta la bocina y ... “Aló ¿quién está ahí? ¿Qué le da tanta risa? ¿Con bromas a esta hora? ¿Quién es? ¿Qué quiere?”
“Ja ja ja, señora, ¿Usted es la cucha del maricón de Sebastián?
Vea doña no se engañe más, a su hijo no le gustan las mujeres”

“Marica? marica serás vos, no te pongás con esos chistecitos idiota”

“Chistes? Doña si no cree, baje al parche de gays de aquí de la avenida oriental, aun bar llamado La Cantina, venga pa’ que se sorprenda cómo su hijo le da el culo a un cacorro bien veterano je je je qué conste pues que le avisé”.

Con un nudo en la garganta que apenas le permite tragar saliva, doña Rosario cuelga la bocina como alucinada, queda en shock profundo, el impacto mental que le causa la noticia la deja inmóvil. Su esposo al notar su ausencia en la cama, se levanta con rapidez y pregunta: ¿Rosa mi amor, qué pasa, respira, respira, tranquila, quién era, qué es lo que está pasando?
Como una desquiciada, (apenas se sostiene en sus pies) Rosario agarró una fina lámpara traída desde Puerto Rico y la lanzó con fuerza al piso, empezó a llorar, a llorar inconteniblemente, parecía apunto de estallar no se sabe sí de dolor o de ira.
Todos los objetos materiales que encuentra a su paso los derriba con fuerza enorme hasta destruirlos por completo.
Apenas puede hablar, “es Sebas, es Sebas”
Se recuesta fuertemente en uno de los rincones más depresivos de la casa, toma su cabello con fuerza en sus manos como queriendo arrancarlo de su cabeza (deja a un lado su vanidad, ve que ya no interesa tanto) y grita, grita hasta más no poder, de forma frenética y como quien no quiere creer la cosa, se abraza tiernamente a don Esteban que aún luce tranquilo esperando la noticia de su esposa.
¿Sebas qué? Pregunta curioso y ya desesperado...
Es gay, es gay responde con amargura Rosario, claro ya asimilándolo un poco.
¿Gay? ¿Gay? ¿Estás loca? ¿ Cómo podés decir eso? Mi Sebas no es un maldito cacorro nooooooooo...
Mujer ¿Quién te ha dicho eso?
Mi hijo siempre ha sido un varón, todo un macho como su padre, eso es mentira, ya verás como mañana todo esto resulta ser una estúpida broma.
El padre muy pensativo, pone sus manos en su cara demostrando toda la incertidumbre que está viviendo.
Entre sollozos y llanto se avecina el amanecer, que resulta ser más triste que todos los demás, los padres expectantes a la llegada trasnochada de Sebas, aún conservan la mínima esperanza de que todo resulte ser un acontecimiento irreal que se le ocurrió a alguien para hacer pasar un mal rato, lo que más anhelaban era que tan solo fuera una broma, una simple llamada mentirosa.
Se oyen tres golpes suaves en la puerta, es él que había olvidado sus llaves y que se encontraba inocente de lo que ya sabían sus padres.
Mi amor, dime que no es cierto, por favor dime que no es verdad
Rosa cómo crees, este man es todo un hombre, ¿cierto Sebastián?
No sos ningún gay, no puedes ser gay, respondeme ya, no sos gay, pues esa bromita nos hicieron hoy en la madrugada, dizque marica mi hijo jajaja.

El muchacho de ojos claros y apariencia agradable y vanidosa, suspira, camina de un lado a otro, no sabe si su confesión o mejor dicho su afirmación sería prudente en aquel momento, recorre casi toda la casa y por fin decide no ocultar más su verdad.
Abre la nevera, saca jugo de mango toma un poco, mira de reojo a sus padres (aún espectadores de la respuesta) respira agitadamente produciendo un sonido fuerte, llena sus pulmones de aire y enfrenta la realidad que seguro resultaría vergonzante, decepcionante para sus padres que siempre habían visto a Sebas como el mayor orgullo.
se considera que entre un cinco y un diez por ciento de la población vive de forma homosexual o tiene sentimientos de ésta índole, que no se atreve a expresar abiertamente, a consecuencia de la presión social. Confirma Juliana Herrera, Psicóloga.


Sin más rodeos ni preámbulos, Sebastián se dispone a hablar, lo hace pausadamente ¿Será por miedo? Y casi entre los dientes empieza a hablar y confiesa lo que Rosario y Esteban no estaban esperando: “Sí, eh, soy homosexual, mami pero no llores que no pasa nada, todo está bien, yo me siento bien. Hace un año salgo con alguien, no había comentado el asunto, pues nunca he querido defraudarlos. Ojalá entendieran que es imposible seguir maquillando mi sexualidad con lo que no soy, ya no tengo miedo a sentir, he vencido mis temores a la gente, soy más libre, pues por fin dejé de esconderme de lo que en verdad sentía desde muy ni...”
Antes de terminar de pronunciar la palabra, don Esteban indignado, haciendo todo el esfuerzo posible por no llorar, lanza un golpe al rostro del joven, éste a su vez cae al piso mientras escucha los reproches e insultos de su padre: “Responda, responda, ya no puedo decir que como un hombre, pero por lo menos hacé eso o es que ni siquiera podés pelear”.
Su madre bañada en lágrimas, acude a la defensa de Sebas, pues la noticia le dolía, pero al fin y al cabo, no olvidaba su condición de madre, por lo pronto don Esteban demuestra con sus gestos desesperantes y ansiosos lo humillado que se sentía: “No sos un mariquita, decilo pues, no lo sos. ¿Cómo podés hacerme esto? ¿A caso que te ha faltado en la vida? ¿A caso no has tenido a un padre? ¿Qué va a decir la gente? ¿Qué he criado a un puerco marica?
Pero claro, vos ya elegiste esa cochina vida, entonces espero que si ya se metió en eso, lo afronte con todo, así que vaya organizando sus maletas y se larga ya mismo de esta casa (don Esteban temblando y con la cara un poco pigmentada manotea y habla en voz alta) no lo quiero volver a ver, ahora mismo Sebastián se va olvidando de que yo soy su padre. Me produces asco, desprecio es lo que siento por ti, nunca en mi familia hubo un marica, pero claro sabía que las compañías poco a poco te llevarían por ese camino de perdición”.
Las circunstancias externas influyen en las dificultades que implica el mostrarse abiertamente. Puede depender de la edad, del lugar donde se resida, del medio en que uno viva y trabaje. Seguramente también tiene que ver con el tipo de persona que uno es. Algunos están dispuestos a seguir su propio camino sin temer las reacciones del entorno. Opina la Psicóloga, Paola Quintero.


Mientras tanto doña Rosario ayuda a preparar las maletas de Sebas que permanece en silencio, sabe que no va a lograr mucho tratando de explicar lo que siente, pues su padre había crecido dentro de una cultura retrógrada que no concebía romper las reglas ya establecidas por la sociedad, pues don Esteban fue criado en una familia de supuestos valores que no admitían la unión de dos personas de un mismo sexo, pues las creencias católicas y culturales nunca le dejaron ver más allá de sus narices, y siempre se expresó de los gays como cacorros, maricas y hombres del mundo por lo redondo a los que siempre les mostró su repugnancia.
Con lágrimas recorriendo la mayor parte de su cara, Sebas se mira en su espejo en su ex espejo, cuida un poco de su apariencia física, da un profundo y largo abrazo a su madre y se dispone a partir, lo que menos le preocupa es el sitio a dónde ir, pues sabe que su compañero lo recibirá con gusto, pero en su corazón tiene impregnado un presentimiento extraño que no lo deja muy tranquilo, pero igual sabe que tiene que irse de allí, estos ya no parecian sus padres, este ya no era su ambiente, simplemente, esta ya no era su casa.

Pasaron los días, no fueron muchos realmente, quizás solo quince y en una mañana lluviosa, fría y tenebrosa don Esteban se levantó más temprano de lo normal, se paseó por cada uno de los rincones y espacios de la casa, a su vez doña Rosario lo observaba con atención. El padre de Sebas se sentó en la suave y confortable cama que unos días antes albergaba los sueños y las ilusiones de su muchacho, sí, ese del que años atrás se sentía tan orgulloso.
Miró sus fotos como añorando su pronto regreso, pero no, antes de pensar en esto, el padre se disponía a hacer realidad una despedida,
Su despedida.

Amor ¿Qué haces? ¿Lo extrañas, verdad? Déjalo regresar, esto no era lo que esperábamos del niño, pero igual no deja de ser nuestro hijo, Dios sabe como hace sus cosas, respetemos su decisión, ya cállate Rosario Sebastián no vuelve aquí por lo menos no lo va a hacer siempre y cuando yo esté vivo.
“Sé que a pesar de lo que era Sebas, mi esposo lo amó hasta el final, sólo que se sentía deshonrado, estábamos viviendo la realidad más terrible de la que siempre habíamos criticado, es que uno nunca puede decir que de esta agua no va a beber porque termina tomándosela toda.
El carácter de Esteban o mejor dicho su orgullo nunca permitió que mi hijo volviera a casa hasta que sucedió...”
Doña Rosario, apenas se expresa, no quisiera recordar ese acontecimiento que marcó su vida para siempre, pero intenta volver al pasado, pues sabe que soy la mejor amiga de su hijo y empieza a comprender que la triste historia y el espeluznante final en realidad me interesan.
“Hasta que sucedió ese acontecimiento horrendo del que todavía no puedo reponerme: Después de que Esteban se encontraba en la cama de Sebas, yo me disponía salir a la tienda, él me miró con sus ojos tristes, que no brillaban ni la mitad de lo que brillaban normalmente, sentí un frío que heló mi corazón y de forma paradójica quemó mi cuerpo, mi vellos se erizaron como presintiendo el final de lo que en verdad era el inicio de una tragedia”.
De forma acelerada, doña Rosario abre la puerta de su casa, pues quería preparar el desayuno para su esposo antes de que este se desesperara, oh Dios la sorpresa más desagradable de su vida, la más dolorosa quizás.

Entró, miró en la sala, abrió el baño con desesperación, no tardó mucho en darse cuenta que Esteban, ese hombre prepotente que no pudo perdonar a su hijo, yacía tirado en la cama de Sebas, boca arriba, con sus ojos entre abiertos y con un impacto de bala en su cabeza que había terminado con su vida, con sus manos, aprisionaba contra su pecho una tierna fotografía de su hijo, de ese gran Sebastián que algún día lo hizo sentir grande, pero que luego lo hizo sentir despreciable, tanto así como para quitarse la vida ¿No soportó la humillación que todo esto le provocó? ¿El amor por su hijo era tan poco que optó en tomar la decisión más fácil? ¿A caso en realidad lo más fácil no era entender las inclinaciones de Sebas? Lo cierto fue que don Esteban no resistió eso que lo hizo tan infeliz, pues su hijo, el amor de sus amores, ese al que le profesaba su amor a los cuatro vientos, lo había defraudado de la forma que él más detestaba y dejó a unos hijos sin padre y a una mujer sin esposo.
No tuvo las agallas suficientes como para adaptarse a esta cultura que ha traído grandes cambios y estilos de vida en la existencia del hombre.
Sin lugar a dudas a veces la cobardía humana es más grande que el amor.
“Aló ¿Sebas? Sebas hijo, vente para la casa, mi amor tu papá se me está muriendo (en realidad ya estaba muerto) no, estoy desesperada ¿Qué voy a hacer? ¿Qué vamos a hacer? Nos quedamos sin él mi amor, nos quedamos sin él.
Sebas asistió al funeral de su padre y más que flores, llevó una carta que escribió días antes de que él muriera. Las flores no reviven, los papeles o las cartas si que menos, pero el joven lleno de dolor y de culpa un poco, puso su escrito al lado de la tumba de ese ser que un día le diera la vida y al que un día admiró de corazón, pero que nunca supo entender sus verdaderas preferencias sexuales.


Los psicólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud mental concuerdan que la homosexualidad no es una enfermedad, desorden mental o problema emocional. La investigación científica objetiva durante los últimos 35 años demuestra que la orientación sexual, por sí o en si misma, no se asocia con problemas emocionales o sociales. En el pasado se creyó que la homosexualidad era una enfermedad mental pues los profesionales de la salud mental y la sociedad tenían información tendenciosa. Dice Juan Fernando Alzate, Médico General del Hospital Pablo Tobón Uribe.

“Papi, a pesar de que no me aceptes tal y como soy, yo te extraño y cómo negarlo, pues hasta te entiendo, sé que no es fácil asimilar que de la noche a la mañana el único hijo varón, se siente atraído por otro hombre. No sé qué más escribirte, creo que es mejor decírtelo viéndote a los ojos, es que me dan cosquillas en la panza de solo imaginar el día en que vuelvas a quererme y por mi me aceptes con esta, que para ti es mi debilidad.
No sabes lo mucho que te amo, si te amo a pesar de todo, aunque no quieras volver a verme, aunque estorbe en tu casa, aunque me sigas despreciando por ser un marica o cacorro como tú nos dices, ojalá que pase el tiempo y yo siga siendo para ti, el gran Sebastián, ese al que tú amabas y apoyabas en los triunfos y derrotas y al que hacías dormir en el rincón cuando mamá no podía hacerlo. Me diste la vida, es mi vida y tú no puedes pretender vivirla.
En nada he cambiado, soy sensible y humano de eso te sentías orgulloso entonces tú por qué no puedes serlo conmigo?
Soy el mismo ¿Sabes? Aún me da miedo de la oscuridad y deseo tenerte, si, siempre a mi lado animándome con palabras de fortaleza y vida, extraño ver esa cara enojada que ponías cuando me demoraba largas horas en el baño jugando con agua.
Si tan solo pudiera tenerte y decirte que aún te amo”.
El educar a todo el mundo sobre la educación sexual y la homosexualidad probablemente disminuye el prejuicio e contra de los gays. La información exacta sobre la homosexualidad es especialmente importante para los jóvenes que se esfuerzan por comprender su propia sexualidad. Insiste Juliana Herrera.
Sebastián Ríos volvió finalmente a su casa, empezó a vivir una nueva etapa al lado de su madre y su hermana, claro, pero nunca será lo mismo, en su hogar lujoso, elegante, con grandes objetos materiales, falta algo muy importante,
La presencia de su padre.
Este hombre prepotente, orgulloso, de cometarios risueños y frescos ha dejado un vacío inmenso en el corazón de esta familia que a pesar de todo no deja de extrañarlo.

Sebas continúa su vida normalmente, por lo menos eso es lo que demuestra y día tras día sigue descubriendo todas las facetas de su verdadera identidad, sabe que lo más importante del mundo es defender sus propios intereses, sin lastimar los ajenos, es lo que eligió y lo que lo hace feliz, aunque por destapar su verdad, haya perdido a su padre.
Su calidad humana y los valores que lo han caracterizado siempre, seguramente harán que doña Rosario, sienta orgullo de su hijo, así como en otros tiempos se sintió su padre.

La sexualidad puede expresarse de distintas formas en distintas fases de la vida. Los hombres o las mujeres homosexuales no son enfermos ni delincuentes. Los prejuicios que hacen del homosexual una víctima condenada al desprecio y a la discriminación, enmascaran el miedo social al descubrimiento de la diversidad humana. Concluye Paola Quintero.









Thursday, April 27, 2006

Una mujer de la vida difícil



“UNA MUJER DE LA VIDA DIFÍCIL”


...“Dejámelo en veinte mil, hacele reinita lo que pasa es que no tengo más lucas y éstas ganas de hacer el amor me van a matar”...

...”Hey mi amor ¿cuánto vale hoy?”...

...” Lindura, tengo diez mil, además uso condón”...
...”Listo mamita así quedamos, entonces camine rápido, siii, pero váyase adelante, hay que ser discretos no vaya yo a meterme en un problema en mi casa si llegan a pillarme por acá”...






Estos y muchos otros comentarios son los que escucha día tras día “Pily” una mujer que pasa la mayor parte de su tiempo en el sector de la Veracruz, más exactamente en las afueras de la iglesia de este sitio tan particular y reconocido del centro de la ciudad de Medellín.
Con su cabello tinturado de rubio dejando ver las raíces de su verdadero color y con sus ojos grandes y hermosos, permanece siempre activa y pretenciosa de capturar las miradas masculinas que transitan el lugar todo con el propósito de brindar un servicio sexual, el cual ofrece sin discreción alguna y del que obtiene dinero exitosamente.




“Pily”, como se hace llamar vive en el barrio Santo Domingo, tiene cuatro hijos y paradójicamente tiene esposo: “Álvaro es albañil y de vez en cuando que se cae un muro él trabaja, la platica que le entra es muy poquita entonces a uno le toca vender lo que le pertenece sólo al marido, pero en realidad yo esto lo hago es por mis pelaitos”

Con la mirada triste y haciendo un esfuerzo por no derramar una lágrima mientras narra su historia “Pily” afirma constantemente que esto sólo es por los niños que no tienen la culpa de haber sido traídos a un mundo de dolor y sufrimientos, porque no le parece justo que los hijos tengan que vivir una vida dura y mundana como la de sus padres.

Uno por esos culicagaos hace lo que sea” y es que esta mujer mientras arregla cuidadosamente sus senos y coquetea hábilmente con sus piernas, se expresa tiernamente de sus niños, en cada gesto, palabra y movimiento deja al descubierto el amor inmenso de una madre que desea que a sus hijos nunca les falte nada o por lo menos que no carezcan de lo necesario para sobrevivir en una ciudad como ésta, que no brinda oportunidades a personas que como “Pily” nunca se dirigieron a una escuela, y que nacieron en un barrio donde se observa fácilmente la triste exclusión social.

Yo trabajé vendiendo confites, pedí trabajo en casas de familia para bolear como interna, pero que va, a uno no lo dejan camellar porque uno no tiene experiencia, y el cuento ese de vender dulces, nooooo esa maricada no deja ni pa” comer, es que cuando uno no nace con estrella todo es bien verraco”.

Por sitios como estos se escuchan comentarios duros y constantes como “Esto como siempre repleto de putas” o “ah, esto por aquí si está lleno de mujeres de la vida fácil” y son seguridad que el hecho de ofrecer el cuerpo a extraños para que lo manipulen y realicen sus deseos más bajos NO ES NADA FÁCIL, pues este tipo de mujeres que como “Pily” viven de este oficio lo hacen por razones muy poderosas que casi toda la gente desconoce.



Con su blusa escotada haciendo muy visibles sus pechos y su falda corta que muestra más arriba de sus piernas, esta mujer esconde en su corazón una nobleza extraña, pero fascinante que nadie alcanza a reconocer, pues todos sólo pueden ver lo que ella muestra, lo que ofrece por unos pesos para llevar a casa la comida o un simple juguete para sus hijos que siempre están a la expectativa de lo que mamá lleva en su bolso para ellos.
“Huy nadie se imagina lo duro que es acostarse con un tipo que ni siquiera se conoce, nooooo y es que esos partidos que le caen a uno, por lo general son hombres muy sucios y malolientes los que buscan nuestro servicio, además le piden a uno unas cosas, y eso no es todo a veces esos asquerosos lo quieren meter sin condón y eso si no, yo soy una puta, pero sanita”.

Con la mirada curiosa “Pily” me observa atentamente, parece que no alcanzara a entender por qué me interesa tanto su historia.

Mientras juega constantemente con uno de los mechones de su pelo, levanta un pie suavemente y lo recuesta en el sucio muro que como siempre alberga los distintos pies de estas mujeres que buscan sus mejores poses, manías y comportamientos para atraer a todos aquellos que urgen de un servicio sexual como diríamos en la modernidad.

Uno no se quiere quedar en esto, hay que ir buscando la forma pa” salirse de prostituta, porque yo no quiero que mis hijos cuando más grandes vean lo que hace su mamita, además a veces me he visto a punto de desistir, es que la vida sexual de uno, ya empieza a quedarse sin sentido, uno no siente placer, sólo costumbre y cada vez que le quitan la ropa a uno y empiezan a manipularlo como a un objeto, uno siente que le arrancan el corazón, es que ...”

llorando agriamente, sigue contándome sus penas, y las razones de por qué esto en realidad no es un trabajo tan fácil como muchos o casi todos afirman.



...”esto es muy duro, el asco y la repugnancia son evidentes, pero a uno le toca cumplir con su labor, pero todo lo hago por mis nenes porque si ellos son felices yo hago lo que sea para verlos así”.
Mientras seca con sus manos las lágrimas de sus ojos, saca de su bolso un chicle y un cigarrillo los cuales introduce en su boca de forma rápida y sensual, una vez más juega con su cabello, contempla sus piernas y empieza a masticar el chicle y a fumar de manera muy particular, rie hipócritamente, camina de un lado hacia otro, abre nuevamente su bolso y saca un frasco pequeño de loción (la verdad no olía tan bien) esparce el líquido por todo su cuerpo y con su mirada de gata furiosa llama a un tipo que se aproxima lentamente a ella, y en voz baja, mirándome con disimulo y como sin conocerme pronuncia: “Ya me toca trabajar”.

El tipo alto y de gran edad, le habla al oído ¿qué fantasías tendrá?
Ella lo escucha y con una sonrisa falsa, maquilla toda su tristeza y su verdad.


Y es así como “Pily” UNA MUJER DE LA VIDA DIFÍCIL, se dispone a trabajar.






Jazmín Cartagena



Wednesday, April 05, 2006




JAIMITO”, EL MÁS POPULAR
Por: JAZMÍN CARTAGENA



¿Esta noche hay misa y rosario?
Parece ser el interrogante más importante que tiene por resolver Jaime o “Jaimito” como es conocido normalmente en la plazuela de san Ignacio, lugar en el que su presencia ya tiene reservado un espacio, aquella silla sucia y maloliente que alberga un montón de cuentos e historias que permanecen ocultas en el corazón de muchos hombres, que como Jaime encuentran refugio allí.
“A las cinco abren la iglesia”, “Yo no sé pero la tierra se está calentando”; frases como éstas son repetidas constantemente.
Si alguien le observa rápidamente podría asegurar que “Jaimito” no es más que un loco, aunque su apariencia no obliga a pensar lo contrario.
Jaime Kifking, como dice llamarse es un hombre de tez blanca, cabello canoso y ojos azules a través de los cuales deja al descubierto la nobleza y sabiduría que oculta en su interior. Su cuerpo luce sin fuerza, sus 57 años de vida empiezan a dejar huellas imborrables que se hacen evidentes en sus características físicas.
La tranquilidad que refleja no contrasta con el movimiento esquizofrénico de sus manos, pues estas se mueven constantemente como expresando locura y desespero.
Muchos no lo creerían, no está loco, no es un mendigo ni un habitante de la calle, es un hombre de descendencia poco común en una ciudad como ésta, sus facciones y rasgos así lo demuestran.


David Kifking era un hombre de origen polaco, su oficio era de agricultor y prestamista, labores con la que se sostenía en las frías tierras de Polonia. En aquella época la segunda guerra mundial empezaba a causar estragos y a cobrar sus primeras victimas, razón por la cual este hombre decide huir hacia Medellín-Colombia, lugar alejado de su país, pero en el que sin saberlo formaría una familia que daría como fruto a tres hijos varones, David, Fidel y Jaime Kifking que a muy temprana edad ven morir a su padre en un accidente automovilístico, no sin antes enseñarles el oficio que había desempeñado desde siempre.
David Kifking, deja a sus hijos en una posición económica bastante buena y con recursos suficientes para vivir cómodamente por muchos años.
Es así pues como “Jaimito” no es tan pobre realmente, su apariencia es descuidada y permanece sucio porque cree que a su edad no es necesario atender a esas necesidades, además su familia no presta demasiada atención.

En el parque casi todos saben que se llama Jaime Nicolás, pero lo que desconocen es que su alma guarda pernas que lo acongojan, nadie precisa la agonía de su interior.
“Jaimito” vive en el barrio Buenos Aires, cerca del centro de la ciudad y aunque tiene un hogar conformado por tres hijos, David, Ariel, Rafael y María Aura Ruiz (su esposa), no es un hombre feliz…
…Todas las mañanas como rutina diaria, su esposa de 45 años lo levanta a las 7:00, le prepara un desayuno más o menos digno, de vez en cuando lo baña, cada quince días y si no se le olvida rasura su barba y corta su pelo ya deteriorados por los años y lo viste con la ropa del día anterior, por lo que “Jaimito” expide un fuerte olor a rincón, lo asean como a un mueble más, olvidando que lo viejo no quita lo humano.
“Jaime son las 9:00 a.m., pa’l parque pues rapidito y se entra pa’la iglesia que hay que rezar” es la orden que da su esposa todas las mañanas y a la cual obedece sin objeción alguna.



Este hombre de grandes secretos y de apariencia pasiva participa diariamente en las actividades de la iglesia, ora constantemente, lo que da a pensar que es un gran devoto y que ve en Dios la verdadera esencia de la vida, pero esa no es la realidad ya que en distintas ocasiones y desilusionado pronuncia agriamente “Para qué rezar” ¿Entonces? Deja mucho que pensar.
Lo cierto es que por años y años hasta que su edad se lo permita esa silla sucia de la plazuela de San Ignacio, seguirá siendo ocupada por el popular “Jaimito” y los transeúntes del lugar seguirán escuchando constantemente ¿Esta tarde hay misa y rosario?