LOS CALCETINES
El pie debe estar siempre arrastrándose por el piso, ese es el lugar que le corresponde, pues carece de toda estética existente. Es una extremidad tan baja que para muchos no tiene sentido verdadero.
Esa parte del cuerpo sin belleza, trata de ser disimulada por los famosos calcetines, los cuales se aferran con furia a ese cúmulo de piel. Los calcetines, esos pedazos de tela pequeña intentan de cualquier forma, esconder esa apariencia fría y moribunda que a pocos les gusta, sin embargo no logra que luzcan bien, pues si el pie solo no da gran impresión, con el calcetín da un efecto visual mucho más tormentoso.
Son los hombres los que se someten a la tortura de ponerse y quitarse los calcetines, esa prenda generalmente opaca que aprieta dejando marcas en la piel y la cual brinda poca salud. Ver a un hombre con sus calcetines puesto no tiene nada especial, no dan ansiedad ni prometen sorpresa, sus colores oscuros, casi funerarios sólo inspiran tristeza.
Las mujeres en cambio, con sus medias deportivas o elegantes, inspiran deseo y excitación visual, es mucho más sensual.
En el acto amoroso, los amantes tiran los calcetines, porque si bien la estructura del pie no es bella, con el calcetín empeora.
Hacer el amor con los calcetines puestos, sería simplemente horroroso.
Pero el hombre ha de resignarse, pues esos calcetines poco atractivos ya forman parte de su vida.
No hay posibilidad de tirarlos definitivamente, sólo pueden elegir los que más les gusten, sean de nylon o hilo, el hecho es que siempre debe usarlos o usarlos, no tiene otra opción.
El pie debe estar siempre arrastrándose por el piso, ese es el lugar que le corresponde, pues carece de toda estética existente. Es una extremidad tan baja que para muchos no tiene sentido verdadero.
Esa parte del cuerpo sin belleza, trata de ser disimulada por los famosos calcetines, los cuales se aferran con furia a ese cúmulo de piel. Los calcetines, esos pedazos de tela pequeña intentan de cualquier forma, esconder esa apariencia fría y moribunda que a pocos les gusta, sin embargo no logra que luzcan bien, pues si el pie solo no da gran impresión, con el calcetín da un efecto visual mucho más tormentoso.
Son los hombres los que se someten a la tortura de ponerse y quitarse los calcetines, esa prenda generalmente opaca que aprieta dejando marcas en la piel y la cual brinda poca salud. Ver a un hombre con sus calcetines puesto no tiene nada especial, no dan ansiedad ni prometen sorpresa, sus colores oscuros, casi funerarios sólo inspiran tristeza.
Las mujeres en cambio, con sus medias deportivas o elegantes, inspiran deseo y excitación visual, es mucho más sensual.
En el acto amoroso, los amantes tiran los calcetines, porque si bien la estructura del pie no es bella, con el calcetín empeora.
Hacer el amor con los calcetines puestos, sería simplemente horroroso.
Pero el hombre ha de resignarse, pues esos calcetines poco atractivos ya forman parte de su vida.
No hay posibilidad de tirarlos definitivamente, sólo pueden elegir los que más les gusten, sean de nylon o hilo, el hecho es que siempre debe usarlos o usarlos, no tiene otra opción.
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