¡COSAS QUE PASAN!
Es un día normal de esos donde el sol ilumina nuestros rostros y calienta las cabezas de aquellos que van por la calle.
Como siempre, allí debajo de aquel roble inmenso se encuentra un hombre de fachada extraña.
Su camisa luce ajada, el pantalón con ciertos agujeros que dejan al descubierto pedacitos de su piel y sus tenis de tela vieja le dan un toque especial. Da la impresión de ser un verdadero loco y no precisamente por estar fuera de sus facultades mentales.
Es un viejo de largos cabellos blancos, tiene la mirada perdida, pero resulta tan agradable observarle que transmite tranquilidad absoluta.
Las facciones de este hombre no son muy comunes, muchos coincidirían en que no tiene nada especial, pues sus características físicas están muy lejos de la belleza tradicional, por eso no le prestan demasiada atención.
Dicen que siempre espera la noche para tocarle una canción y sin prisa alguna observa las estrellas, esas pequenas lucecitas que lo hacen feliz.
Más allá de su ropa, de su estructura física y de su apariencia alocada, es un sabio, no ha inventado nada, tampoco es héroe, pero en él reposa LA ESENCIA DE LA SABIDURÍA, pues jamás ha perdido la capacidad de asombrarse de esos detalles efímeros que constituyen la vida.
Es un día normal de esos donde el sol ilumina nuestros rostros y calienta las cabezas de aquellos que van por la calle.
Como siempre, allí debajo de aquel roble inmenso se encuentra un hombre de fachada extraña.
Su camisa luce ajada, el pantalón con ciertos agujeros que dejan al descubierto pedacitos de su piel y sus tenis de tela vieja le dan un toque especial. Da la impresión de ser un verdadero loco y no precisamente por estar fuera de sus facultades mentales.
Es un viejo de largos cabellos blancos, tiene la mirada perdida, pero resulta tan agradable observarle que transmite tranquilidad absoluta.
Las facciones de este hombre no son muy comunes, muchos coincidirían en que no tiene nada especial, pues sus características físicas están muy lejos de la belleza tradicional, por eso no le prestan demasiada atención.
Dicen que siempre espera la noche para tocarle una canción y sin prisa alguna observa las estrellas, esas pequenas lucecitas que lo hacen feliz.
Más allá de su ropa, de su estructura física y de su apariencia alocada, es un sabio, no ha inventado nada, tampoco es héroe, pero en él reposa LA ESENCIA DE LA SABIDURÍA, pues jamás ha perdido la capacidad de asombrarse de esos detalles efímeros que constituyen la vida.
1 comment:
Me gusto esta narracion y describes con tranquilidad lo que se siente y se piensa. felicitaciones. Linda Nena .
Tu Prabha
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