
PASIÓN PODEROSA
“Olé olé olé TE QUIERO ROJO
TE QUIERO ROJO olé olé olé”...
TE QUIERO ROJO olé olé olé”...
Y es así como se empiezan a experimentar un montón de sensaciones físicas e internas que todos los domingos nos dejan al borde de la locura, jugadas y resultados nos dan placer y sufrimiento, sentimientos fervorosos que no todos tienen el privilegio de percibir.
Muchos consideran que el fútbol no es más que un sucio negocio que aglomera gran cantidad de masa, otros piensan que es estúpido el hecho de correr largos tiempos tras una bola llena de aire, quizás esa gente tenga la razón, pero casi todos coincidimos o estamos de acuerdo en que el fútbol es la pasión más placentera que existe, un sentimiento extraño, pero que raramente no deja de parecernos fascinante o por lo menos ese es el concepto general que los hinchas del DIM tenemos del “deporte más hermoso del mundo”.
Los domingos desde por la mañana, el pensamiento está preparado psicológicamente para experimentar todo tipo de emociones vivificantes que ponen el corazón a latir más fuerte de lo normal y nos deja la ilusión latente de poder ser campeones una vez más.
Muy temprano en la mañana nos bañamos con una alegría distinta a la de los demás días y ¿cómo no tener motivos para sentir felicidad? Si domingo tras domino se la juega el poderoso con el único objetivo de poner al hincha a festejar.
Muchos consideran que el fútbol no es más que un sucio negocio que aglomera gran cantidad de masa, otros piensan que es estúpido el hecho de correr largos tiempos tras una bola llena de aire, quizás esa gente tenga la razón, pero casi todos coincidimos o estamos de acuerdo en que el fútbol es la pasión más placentera que existe, un sentimiento extraño, pero que raramente no deja de parecernos fascinante o por lo menos ese es el concepto general que los hinchas del DIM tenemos del “deporte más hermoso del mundo”.
Los domingos desde por la mañana, el pensamiento está preparado psicológicamente para experimentar todo tipo de emociones vivificantes que ponen el corazón a latir más fuerte de lo normal y nos deja la ilusión latente de poder ser campeones una vez más.
Muy temprano en la mañana nos bañamos con una alegría distinta a la de los demás días y ¿cómo no tener motivos para sentir felicidad? Si domingo tras domino se la juega el poderoso con el único objetivo de poner al hincha a festejar.
desbordada, una amor sin límiteCae el agua sobre la piel, en cada gota, desde la más grande y hasta en la más pequeña, vemos el reflejo de una linda chilena, de un majestuoso túnel y vamos ilusionándonos poco a poco con la posibilidad más cercana de gritar gooooooool, palabra hermosa y de grato significado que sella la meta, el objetivo de eso que es el fútbol.
Con orgullo y amor nos ponemos esa camisa roja, que aunque pobre en estrellas, es la más linda prenda que alguien puede lucir, nos dirigimos alegremente y expectantes hacia el estadio, o a donde los amigos, pues por fin empieza el acontecimiento más sublime del que toda la semana estuvimos especulando y anhelando con el corazón y los pensamientos llenos de grata ilusión.
Salen los once leones poderosos (eso lo leí en alguna parte y lo escribo aquí para hacer homenaje a quien inteligentemente puso ese seudónimo a mi equipo poderoso) y el alma o como quiera que se llame ese espíritu interno, empieza a estremecerse fuertemente, el corazón palpita desmesuradamente debajo de la camiseta dando la ilusión óptica de que el escudo salta constantemente como un hincha más.
Con cada jugada nos divertimos, sufrimos, reímos y pues cómo negarlo: A veces también lloramos, no precisamente de felicidad y es así que día tras día el MEDELLÍN se va convirtiendo en una de las ilusiones más grandes y sutiles que uno puede tener en la vida, ese amor no todos lo pueden entender, pues este no es el equipo más popular, no tiene demasiados pergaminos, no tiene hinchas por montones, pero es una pasión , una fidelidad real, es como una fusión extraña entre placer y sufrimiento, esto hace que nuestro fútbol sea aún más especial, de lo cont

En medio de montañas y cerros hermosos, se seguirá pregonando al equipo del pueblo “vamos vamos vamos MEDELLÍN” y así sufriendo y gozando se pasarán los días y seguiremos viviendo segundo tras segundo de cada partido y convirtiendo al ROJO DE LA MONTAÑA, en una verdadera enfermedad, una verdadera alegría, hasta la eternidad seguirá siendo nuestro mayor orgullo, pues nuestro “MILANCITO PAISA” despierta en los corazones montañeros una real
PASIÓN PODEROSA.
P.D: Equipo no recomendado para quienes sufren problemas cardiacos. Otra campaña de la R.X.N la barra más fiel del MEDALLO.
JAXDIM
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